Ayer en la tarde me asomé por la ventana, el cielo estaba completamente despejado, la luna llena y gigante sobre el horizonte, y pensé “que bonito sería poder salir a caminar por la ciudad ahora mismo”. Que bueno que lo pude hacer: luego de hacer algunas maromas para estacionarme, me bajé del carro y caminé con la expectativa de lo que iba a ver, lo que iba a escuchar, a quién me iba a encontrar caminando Por El Medio de La Calle.
Una vez mas la gente de Platano Verde organiza, con la colaboración de la Fundación Cultural Chacao, Por El Medio de La Calle, una actividad donde puedes presenciar lo que pasa en mas de 22 estaciones repletas de performances, escuchar las interpretaciones en vivo de bandas nacionales, ver las propuestas de artistas internacionales invitados y toda la fauna que puedas imaginar (desde el mas sifrino al mas emo, desde el turista-europeo-aventurero al habitual de estos circuítos artísticos).
Me encontré con amigos y amigas, no tenía ni cinco minutos caminando y me encontré con alguien que me envió mi angel guardían y que me regaló una botella de agua (ella ya se iba), que me sirvió toda la noche para hidratarme entre el gentío; me encontré con alumnos y alumnas, recién graduados y por graduarse; me encontré con toda Caracas, la que te gusta y la que no, los que disfrutan de ser ciudadanos y los que tiran la basura en el piso, los que toman sin sed y los que nos embriagamos con tan solo ver lo bonita que está la luna, llenita y con el cielo despejado como telón de fondo.
En mi cabeza retumbaba un soundrack que mezclaba a Pink Floyd con The Killers (y a veces se le escapaba un poco de Lady gaga), y el sonido de la gente hablando, comentando, saludándose, gritándole al grafitero español para que escribiera “cuaima” en los pendones que colgaban del Mercado de Chacao (ese monumento a lo posible y a lo que se construye de a poquito pero bien hecho, contra viento y marea). Muy poco pude reportar via Twitter porque no había red de datos anoche, quizá fue mejor. Me sentía en un gigantesco video-clip en el que podía ser espectador y protagonista a la vez, como tan pocas veces sucede en nuestra ciudad. Me sentí muy contento de poder caminar en esa noche despejada con tranquilidad.
Luego fui a comer algo con un buen amigo y su novia, una buena conversa, un vinito y un tiramisú cerraron la noche.
De nuevo, gracias a los que hicieron posible esta actividad, a los organizadores, a los performistas, a las bandas y al publico, a la Policía de Chacao que se portó a la altura como siempre, a los que fueron con buena vibra. A la noche, por haberse portado tan bien, muchas gracias.
De nombre real Fernando Carlo, se supone que su nacionalidad es puertorriqueña, aunque a los tres años arribo junto con su familia en el barrio Bronx de Nueva York y no se conoce con exactitud.
